EL PLACER DE COMPLACER

Hoy no tengo cita, hoy se sale con los amigos. He de reconocer que estoy más que cachonda. Últimamente no puedo saciar mi sed, quiero más y más todas horas. Vuelvo de camino a mi casa deseando terminar la noche acompañada. Pero es la una de la madrugada de un lunes, tengo pocas esperanzas. Abro todas mis redes sociales, soy demasiado optimista. Para mi sorpresa, más de uno sigue despierto y con ganas de mambo. Lo cual no significa que se vayan a mover de sus cómodas camas, vamos yo no lo haría. Pero esto es Madrid y cualquier distancia se relativiza. Así que sin comerlo ni beberlo me veo esperando que llegue alguien a mi casa a hacerme disfrutar una noche más.

En cuanto llego a casa me desnudo. De pronto suena el timbre. Salgo corriendo a ponerme algo de ropa. No nos hemos visto nunca. Abro la puerta un poco nerviosa. Pero todo se me pasa al verlo. Me gusta mucho más en persona. Le ofrezco unas cervezas y nos sentamos un rato en el sofá. La conversación fluye. Y de pronto, me recuerda el traje de látex negro que tanto me gustó. Lo lleva en la mochila me dice. Inmediatamente quiero probármelo. Salgo corriendo hacia el baño con el body en la mano. Me lo pruebo, es impresionante, me queda un poco grande, pero aún así me encanta. Su látex negro se ciñe a mis curvas. Lo cierro en torno a mi cuello y me observo en el espejo. En el reflejo me veo radiante, poderosa, sexy. Los pechos quedan medio al descubierto. Una fina tela de rejilla los cubre. Me giro para disfrutar de las vistas traseras. Mis nalgas redondas sobresalen. Mi espalda queda al descubierto. Sin duda es una imagen maravillosa.

Salgo del baño. Dejo que me observe de arriba abajo. Siento su mirada clavada en mi, deseando cada centímetro de mi cuerpo. Me acerco él despacio. Alargando ese momento. Me deja mi tiempo para que admire mi cuerpo enfundado en látex negro. Mientras, él prepara todo lo que quiere usar conmigo.

Me indica que entre en la habitación. Con nuestros cuerpos muy pegados, acerca su rostro al mío. Saborea mis labios de forma delicada. Y en un susurro me pregunta “preparada?” Y tanto que lo estoy. Mi cuerpo arde en deseo de que empiece. Quiero dejarme llevar, liberarme.

Saca unos grilletes y a mi se me seca la boca. Me los pone en ambas muñecas, son cómodos, suaves. A continuación, con una cuerda me amarra a la puerta. Con los brazos en alto, medio inmovilizadla y expuesta a él no me siento incómoda, todo lo contrario. Por último, con un antifaz me priva de la visión. Mis otros sentidos se agudizan. Escucho como busca más cosas, va a sacar más juguetes. De pronto un material suave se desliza por mi cuerpo. Creo que es un látigo, pero no me azota con el. Lo desliza por mis muslos, vientre, pechos y hombros. Me centro en cada centímetro del recorrido. De pronto un latigazo suave se estrella contra mis pechos. Me sorprende, mi espalda se curva. Y después de ese vienen muchos más por todo mi cuerpo, no duele, más bien es placentero. De pronto el silencio invade la habitación. Se rompe al escuchar unos cascabeles. Mi mente intenta descifrar que será eso. Sus manos se posan en mis pechos, juegan con mis pezones. Me los retuerce, chupa y pellizca. Jadeos se escapan de mi boca. Y de pronto, algo presiona los pezones. Son pinzas, la presión es suave y placentera. Con cada movimiento los cascabeles que cuelgan de mis pechos se mueven. Me voltea, con mi cara frente la puerta y los brazos amarrados, mi culo es totalmente suyo. El látigo vuelve a hacerme jadear. Con cada golpe mi cuerpo se arquea y los cascabeles suenan. Se acerca mucho a mi. Pega su entrepierna a mi culo. Y de pronto siento algo en mi boca. Me ordena que la abra, una mordaza se instala en ella. Con delicadeza la abrocha dejándomela algo suelta para no sentirme incómoda. Y así me tiene totalmente para él. Atada de las manos, privada de la vista y con una mordaza en la boca.

Me libera los brazos. Eso me pilla por sorpresa. Estoy empapada. Me dirige a la cama con los ojos aún tapados. Me indica que me ponga a cuatro patas sobre el colchón. Mi trasero queda totalmente expuesto a el. Sus dedos se introducen en mi húmeda vagina. Al sacarlo mis fluidos resbalan por mis labios. Me humedezco aún más. Entra y sale durante unos segundos generando un gran placer en mi bajo vientre. Sus dedos entran, salen, se pasean por mi clítoris y se introducen suavemente en mi ano. Lo dilata poco a poco. Algo frío y de tacto rígido se acerca a mi culo. Mientras sus dedos siguen explorando cada rincón de mi vagina, un plug se introduce lentamente en mi ano. Mis pulsaciones se aceleran. Mi cuerpo se tensa por completo. Nunca había experimentado la doble penetración, es muy intensa. Mi cerebro no puede con tanto placer simultáneo. Mis extremidades tiemblan, no voy a poder seguir en pie. Gimo, grito, me retuerzo, y mi cuerpo estalla en mil pedazos. Descargas eléctricas me recorren entera. Convulsiones se apoderan de mi cuerpo. Me desplomó sobre la cama.

Mi mente aún no ha aterrizado y el ya me ha dado la vuelta. Me tumba boca arriba. Con mi sexo totalmente expuesto me masturba con firmeza. Siento sus dedos en mi pared superior y me enloquece. Mi cuerpo se vuelve a tensar de inmediato. Mi vagina se empapa y mis fluidos salen disparados. Me corro en pocos segundos. Le suplico que me extraiga el plug. Mi cuerpo no puede soportar tanta intensidad. Tira de él. Notar como se desliza por mi ano también es placentero. Sigue masturbándome una y otra vez, y mi cuerpo no le priva de un orgasmo tras otro. Introduce su polla en mi boca. Aún no lo había tocado en toda la noche. Tragó su miembro hasta lo más profundo de mi garganta. Lo extraigo lentamente, empapando cada centímetro con mi saliva. Primero lento, pero poco a poco acelero el ritmo. Succiono cono boca su glande, juego con el. Sus muslos se tensan. No detengo mi ritmo. Juego con su erección. Lo masturbo con la mano mientras mi boca sigue proporcionándole placer. Sé que está muy cerca. Me la introduzco hasta el fondo de nuevo y eso lo vuelve loco. Se vacía en el interior de mi boca mientras gime de placer. Me incorporo, lo miro a los ojos y trago.

Para ti, mi amo