UN JUEGO DE PODER
- A.T.T.
- 19 oct 2021
- 5 Min. de lectura
Subo en el ascensor impaciente. Reviso si llevo la ropa bien puesta. Recolocó las tiras de mi lencería, esa que me he puesto expresamente por petición suya. Una puerta está abierta en el rellano, me acerco a ella. La puerta medio entornada, él aparece al instante. Lo veo en ropa interior como yo le pedí. Está para comérselo.
Nuestros cuerpos no se pueden resistir y se acercan, los labios entran en contacto. Y de pronto, me recuerda el metro de distancia. Me aparto inmediatamente de él. Ha querido jugar a esto y voy a hacer que lo pasé realmente mal. Pero parece que también controla la situación, ahora no estoy tan convencida de quien lo pasará peor.
Me siento en el sofá, el frente a mi, bien lejos para que no podamos tocarnos. Charlamos mientras nos devoramos con la mirada. Ese torso desnudo frente a mi es una tortura. Pero aún es peor su aire de chulería, ese halo que le envuelve me derrite la entrepierna. El tiempo pasa y ninguno de los dos hacemos amago de ceder. El orgullo nos pierde.
Quiere matarme un poco más. Se desnuda al completo y de masturba con minuciosa paciencia frente a mi. Lo único que puedo pensar es en lo húmeda que estoy y las ganas que tengo de meterme esa maravilla en la boca. Pero seguimos sin ceder, ahí estamos, cada uno en su rincón.
Me quito la camiseta, ya no aguanto tanta ropa encima. Es excitante ver como me observa, al igual que lo estaré haciendo yo. Miradas intensas que lo dicen todo sin necesidad de abrir la boca.
Creo que ya es suficiente, para que alargar esta eterna tortura. Cuando quiero algo lo tomo, me da igual lo que pueda pensar. Así que me deslizo hasta el suelo y cuál gata me acerco despacio a él. Tal cual llegó me introduzco su durísima erección en la boca. Escucho su gemido en cuanto mi saliva lo humedece.
Sé que tenía tantas ganas o más que yo de que diera el primer paso. La introduzco hasta el final de mi garganta. Tira de mi para levantar mi rostro. Me besa tiernamente. Es tan contradictorio, follamos como animales pero me besa con delicadeza.
Vuelvo a introducir su miembro en mi boca, quiero seguir escuchando esos gemidos tan hermosos. Parece que el también quiere jugar conmigo. Me incorpora y se deshace de mis pantalones. Me ordena ponerme cara la pared y me masturba desde detrás. Su cuerpo pegado al mío, su erección entre mis nalgas y sus dedos en mi interior. Estoy muy húmeda. Cada uno de sus movimientos me mata de placer. Su lengua juega con mi oreja y cuello. Me voltea, quedamos cara a cara. Sigue masturbandome, cada vez con más intensidad. Mis piernas empiezan a temblar. El orgasmo está al cae y tengo miedo de que fallen las piernas. Pero él sigue, no para ni un segundo, me susurra al oído que me corra y me lo tomo como una orden. El orgasmo estalla en mi interior y las piernas me convulsionan. Me coge con fuerza para mantenerme en pie. Y cuando me recupero nos dirigimos a la habitación.
Me siento en el borde y tiro de él para que se acerque a mi. Meto su polla en mi boca y sigo lo que empecé antes. Mi mano recorre todo el tronco mientras mi lengua juega con su capullo. Me empuja para recostarme sobre la cama. Se arrodilla y desaparece entre mis piernas. Lame mis pliegues. Sus fluidos se entremezclan con los míos. No puedo contener mis gemidos, y tampoco quiero hacerlo. Me gusta que sepa como me hace disfrutar. Su lengua recorre todo mi sexo, sus dedos se introducen en mi. Y yo pierdo el control. Mis caderas se elevan ligeramente para conseguir más placer. Me corro escandalosamente y mi cuerpo al completo tiembla. Abro los ojos y lo veo incorporarse de entre mis piernas, lleva una sonrisa picarona. Me besa con su ternura característica. Saboreo mis fluidos en sus labios.
Me indica cómo colocarme en la cama y se sube encima de mi. Abre mis piernas con las suyas y se introduce entre ellas. Su cuerpo se aproxima al mío. Y cuando nuestras caras estás a poco centímetros, tan pocos que siento su respiración, se introduce en mi. Una estocada lenta, suave y totalmente deliciosa. Mis paredes están muy lubricadas gracias a los orgasmos anteriores. Me penetra con paciencia, quiero sentirlo al completo, cada centímetro. Sale y entra con delicadeza.
Pero nuestro frenesí animal se descontrola. Las estocadas se vuelven más fuertes, rápidas y violentas. Mi vagina quiere todo lo que puede ofrecer. El orgasmo llega invadiendo cada una de las neuronas de mi cuerpo.
Se acerca a mi y con su sonrisa de un trabajo bien hecho me ordena “arriba”. Me incorporo y con las rodillas a los extremos de su cuerpo dejo caer mi peso controladamente mientras su polla se introduce en mi. Muevo las caderas de forma que lo siento en lo más profundo. Intento controlar e ir despacio, pero en lo más interno de mi vagina me pide más ritmo. Me acelero. No puedo resistir tanto placer. Arqueo mi espalda hacia atrás, dejo caer la cabeza. Sé que tengo los ojos en blanco. Estalló en mil pedazos. Mi respiración esta muy agitada, al igual que mi cuerpo.
Me pide que me ponga en cuclillas, sabe lo mucho que me gustó esa posición. Ni me lo pienso me incorporo y esta vez me cojo a él. Que me penetra de forma violenta. Creo que esta va a ser mi postura favorita a partir de ahora. Los orgasmos que me producen son de otro nivel. No puedo aguantar mucho así, el orgasmo llega rápido, como un rayo que me parte en dos. No dejaría nunca de follar con él.
Me pide correrse en mi cara. No se lo he dejado hacer a nadie. Pero no se lo niego. Se incorpora dejando su miembro a la altura de mi cara. Me la introduzco en la boca y succiono. Alterno boca y mano, o las dos a la vez. Disfruto de sus gemidos. Su orgasmo se acerca y yo me vengo arriba. De pronto un gruñido gutural se escapa de su garganta como aviso. Me saco la polla de la boca y la masturbo hasta que empieza a disparar sus fluidos contra mi. Poco acaba en mi cara, más bien impregna todo mi cuerpo, cuello, pechos, abdomen. Cuando se recupera coge un poco de su lefa, se la introduce en la boca y me besa.
Y así termina una noche increíble, así entro en un año más de vida, como fui engendrada, a base de orgasmos
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