EL SABOR DE TUS FLUIDOS
- A.T.T.
- 18 may 2021
- 3 Min. de lectura
Me gusta observar este momento cada vez que pasa, con tan solo un gesto ya se lo que se avecina. Me está mirando fijamente, pero no a los ojos, su vista se posa en mis labios. Casi puedo escuchar cómo piensa. Es el momento de lanzarse. Deja la cerveza en la mesa vacilante. Se gira hacia mi de nuevo. Como si el tiempo se detuviera observo como se prepara para atacar. Su cuerpo se reclina sobre mí. Lo que parece una eternidad tan solo es un segundo. Su boca se posa sobre la mía y me devora. Su lengua entra tímidamente, pero en cuanto le correspondo con la mía, se vuelve más agresivo y pasional. Sus besos me encienden por completo. Me encanta como besa. Sus labios son más carnosos de lo que parece. Y su ritmo se acopla perfectamente al mío. No se cuanto tiempo pasamos comiéndonos, pero no quiero que pare. Y sin embargo quiero hacer tantas cosas.
Me separo de él casi sin aliento para deshacerme de toda la ropa en la mitad inferior de su cuerpo. Libero su erección más que notable. Me coloco a horcajadas sobre su miembro y sigo devorándole la boca mientras el juega con mis pecho y yo con su polla. Mientras nos besamos me rozo sobre su miembro causándole placer tanto a él como a mí, que todavía llevo la ropa puesta.
Me levanto de su regazo y me dirijo a la habitación. Le lanzo una mirada picara para que me siga. Me quito la ropa que me queda lo más rápido posible. Lo espero encima de la cama, totalmente desnuda para él. En cuanto nos tenemos uno frente al otro, tan cerca que apenas cabe un folio entre nosotros, echamos mano a nuestros sexos con desesperación. Su mano se introduce en mis pliegues. Sus ojos brillan de deseo. Se lo que va a decir, se que estoy empapada y parece que eso le excita. Y vaya si le excita. Me recuesta sobre la cama y mete su cabeza entre mis piernas. Quiere saborear toda mi humedad. Esta noche promete. Si sus besos me excitaban, su cunnilingus me trasporta a otra dimensión. Recorre mis labios de arriba abajo, introduce sus dedos en mi interior y yo solo puedo dejarme ir. Disfruto de cada uno de sus movimientos, su veneración me gusta.

Estoy disfrutando mucho, pero también quiero que lo haga él. Lo aparto de mi entrepierna y le digo que se recueste. Ahora es mi turno de jugar con su placer. Me introduzco su erección en la boca. Conforme me la estoy tragando mi vagina palpita pensando en como será tenerlo dentro. Succiono el glande, masajeo los huevos, humedezco todo el tronco de su polla y escucho como se acelera su respiración. Lo miro a los ojos y subo despacio por su torso. Le como la boca, para que sienta su sabor. Igual que he sentido yo el mío antes.
Me siento encima de él. Su miembro está muy cerca de mi entrada. No me resisto más, con la mano lo dirijo y me lo introduzco poco a poco, controlando como entra hasta el fondo. Lo monto a mi ritmo, intentando saciar hasta el ultimo musculo de mi cuerpo. Pero no me puedo controlar. Llevo ritmos dispares, rápido, lento, mi cuerpo se agita con tanto placer. Su polla esta hecha para estar dentro de mí. Siento como el orgasmo me atraviesa con tan solo unas estocadas. Pero lo sigo montando, uno, dos, tres orgasmos.
Hasta que mi corazón palpita y le pido que me ponga a cuatro patas. Esta es una de mis posturas favoritas. Me embiste con fuerza, dios, como me gusta. Observo como nuestros cuerpos chocan en el espejo que tengo frente a la cama. Con cada una de las estocadas mi cuerpo tiembla de placer y mi sexo se empapa más y más. Siento el calor de mis fluidos correr por mis muslos. Su miembro resbala en mi interior. Un orgasmo brutal recorre mi espalda. Somos dos animales en celo. Y cuando pensaba que no podía experimentar más placer me recuesta en al cama, quiere embeberse en mi orgasmo. Juego con mi clítoris con su lengua y me penetra con sus dedos provocándome una réplica de orgasmos más intensa que la anterior. Estoy en el puto cielo, mi cuerpo flota. Pero quiere más. Pero no se si mi mente aguantara más descargas.
Se recuesta sobre mí y me propone algo que me deja de piedra. “¿Qué tal si nos terminamos la cerveza mientras me cuentas todo lo que quieres que te haga después?”. Con los ojos como platos por esta proposición acepto. Se que tengo que reponer fuerzas, porque lo que se avecina después va a ser increíble
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