LUJURIA
- A.T.T.
- 28 abr 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 15 may 2021
La cita va bien, sin duda es más interesante de lo que pensaba, o será cosa de las cervezas. Estamos en pleno verano y ni la noche da tregua a este calor infernal. Me siento empapada y cada vez tengo más calor. Al volver del baño ya no se sienta en su silla frente a mí, ahora recorta nuestras distancia sentándose a mi lado, nuestras piernas se rozan. Su mano se posa en mi rodilla disimuladamente. Se inclina hacia mí y con las pupilas dilatadas por la excitación me dice “¿nos vamos a un hotel?”. Se me seca la boca. Me ha pillado totalmente desprevenida, pero me apetece mucho. Con los ojos como platos asiento con la cabeza.
Encontrar un hotel a esas horas de la noche es más difícil de lo que pensaba. Pero la suerte esta de nuestra parte y tras varios intentos fallidos, nos registran en una habitación. Siento como el recepcionista no deja de observarme mientras él da sus datos. ¿Qué estará pensando? ¿vendrá muchas parejas encendidas por el momento como nosotros? Sinceramente me da igual, tan solo quiero llegar a la habitación.
En cuanto atravesamos la puerta me devora la boca. Besa increíblemente bien. Sus labios carnosos se funden con los míos en una amalgama de fluidos. Sus manos recorren mi cuerpo con necesidad. Nos desnudamos el uno al otro deprisa, con violencia. Ya hemos esperado bastante durante la apasionante aventura de encontrar habitación. Lo empujo sobre la cama tumbándolo boca arriba. Subo lentamente, deslizándome a cuatro patas cual felino. Recorro su cuerpo entero con mis manos en dirección ascendente. Desciendo lentamente son mi lengua, hasta llegar a su erección que me espera ansiosa. Me la meto en la boca, mis felaciones causan una grata impresión. Cuando se que lo tengo al límite y mis pliegues están mas que mojados me la saco de la boca. Me siento ahorcajadas sobre él le pongo el preservativo rápidamente y me lo introduzco en mi interior en una estocada rápida y certera. Siento como mis carnes se abren, como su miembro me dilata a la vez que a el se le corta la respiración. Empiezo a moverme lentamente, lo monto cual amazona, estoy desatada. Veo su cara de placer, y siento la tensión en sus muslos, se perfectamente lo que se avecina. Apenas he empezado, pero parece que el ya ha terminado. lo monto con más violencia y profundidad unas estocadas más, intentando alcanzar mi máximo placer a la vez que me masturbo. Y entonces el me avisa que no puede más. Yo seguiría toda la noche, pero aun así le pido que no se contenga. Y un minuto mas tarde estamos ambos tirados en la cama. Parece que la fiesta hoy ha terminado más pronto de lo que me gustaría.
Ya que parece que no va a haber más placer para mi por su parte, por lo menos disfrutaré de otra forma. Miro con deseo la bañera. Aparece en la puerta del baño y con cara de no haber roto un plato en la vida me dice que se va. “TE puedes quedar si te apetece, la habitación está pagada”. Vaya, eso se supone que me debería consolar. ¿Debería sentirme como una prostituta? No lo sé, pero sinceramente me reconforta. Hoy dormiré como una reina, en una cama bien mullida, después de algo de sexo, y un buen baño. Así que dejo que se marche sin hacer un amago de despedirme de él.
Cuando me dirijo a llenar la bañera escucho golpes suaves en la puerta. Se habrá dejado algo. Pero para mi sorpresa, al abrir la puerta me encuentro al recepcionista. Me pregunta extrañado si ha pasado algo, y porque mi acompañante se ha ido. Simplemente le digo que me quedaré yo sola esta noche y se marcha extrañado. La bañera ya esta casi llena. Escucho golpes de nuevo. El recepcionista vuelve a la carga, con una excusa totalmente absurda vuelve a aparecer. Firmo unos papeles que me pide y se marcha. Pero nada mas cerrar la puerta vuelve a llamar. Por fin se sincera. Le he gustado, y para que mentir, a mi también me parece mono. Y después de mi medio polvo ¿Por qué no acabar la noche bien?
Le dejo pasar a la habitación y sin más palabras nos fundimos en un beso pasional. Acaba de fumar y su boca sabe a tabaco, cosa que me disgusta. Pero no lo detengo. Lo empujo contra la cama y me deshago de la toalla, lo único que cubría mi cuerpo. Ahora estoy totalmente desnuda frente a él. Le quito los pantalones y los calzoncillos. Esta vez va a ser rápido y duro. Me introduzco su erección en mi boca. El me indica que me de la vuelta y me ponga sobre su cara. Nos fundimos en un 69, su lengua me relame con fuerza. Yo succiono y me meto su polla hasta el fondo de la garganta. y en apenas unos minutos siento como sus fluidos calientes bañan mi boca. Una vez termina de eyacular me aparto. Él se levanta se viste y lo veo salir por la puerta.
Bueno pues como había previsto, mi gran placer esta noche será darme un baño de espuma a las 5 de la mañana.

No siempre se puede tener sexo impresionante. Porque el sexo no es un mero acto físico, es una conexión, las dos partes tienen que estar totalmente involucradas. esa noche peque de lujuria y la cosa no acabó como yo esperaba.
Todas las experiencias nos enseñan cosas y esa noche aprendí que un baño acompañado de masturbación es tan o más relajante que el buen sexo.
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